¿Cuál es el peor enemigo del metal? El óxido, por supuesto. Si no se tiene el suficiente cuidado para proteger el metal, puede formarse óxido con el tiempo. Antes de tomar una decisión drástica como cambiar de equipo, sigue nuestros buenos consejos para quitar el óxido del metal.
Para eliminar el óxido de una superficie metálica, existen muchas de las llamadas «recetas caseras» que se pueden reproducir en casa con productos sencillos que suelen encontrarse en nuestros armarios. Antes de utilizar cualquiera de los métodos indicados, prueba una pequeña zona de la superficie a tratar para asegurarse de que no dañará el material.
Existen otros métodos «caseros», como el uso de patatas, cebollas o cristales de sosa. Tú decides cuál es la mejor solución para eliminar el óxido de forma sencilla.
Este método no es compatible con el esmalte, el aluminio o el mármol. El ácido cítrico debe manipularse con cuidado. Por ello, te recomendamos que utilices guantes para eliminar el óxido.
Mezcla dos cucharadas de ácido cítrico con medio litro de agua tibia y rocía la solución sobre la zona a tratar. Cepillar la zona, luego enjuaga y seca con un paño.
Además de las recetas «caseras», puedes quitar el óxido de una superficie metálica simplemente frotando con una herramienta adecuada, como un cepillo de latón, papel de lija, lana de acero o una lijadora eléctrica para grandes superficies.
Otra solución, si el óxido es muy difícil de quitar en una zona amplia, es pintar el metal. Para ello, primero hay que decapar y alisar bien la superficie para eliminar el óxido presente con las herramientas indicadas anteriormente, así como la suciedad y la mugre que se haya acumulado a lo largo de los años.
A continuación, aplica una capa de fondo para que la pintura se adhiera al metal. Siguiendo las instrucciones del bote de pintura, aplica una o dos capas de pintura. Esto dejará el metal como nuevo.
Más vale prevenir que lamentar. Si no quieres tener que buscar soluciones para quitar el óxido del metal, te aconsejamos que protejas siempre las superficies metálicas, especialmente si están expuestas a condiciones que favorecen el desarrollo del óxido.
La mejor manera de hacerlo es utilizar tu mejor aliado: WD‑40® Producto Multiusos. Basta con un spray y un trapo para que el metal quede protegido del óxido durante mucho tiempo. Así que toma tu WD-40® Producto Multiusos y aplícalo en las superficies metálicas que quieras proteger
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